viernes, 17 de octubre de 2008

Altea

Altea continuaba explicando ejercicios que hacían comprenderme un poquito más a mí misma. Y a todos, supongo.
Ella era mi psicóloga, la encargada de ayudar a los pacientes a través de su dramaterapia. Lo que más me gustaba de ella era su fuerza, su capacidad de actuar tan segura de sí misma ante cualquier persona. La envidiaba, quería ser como ella. Quizá no como ella, pero sí poseer su seguridad y su carisma.
Recuerdo el primer día que la conocí. Lo primero que hizo fue mirarme a los ojos, profundament
e, hasta que me preguntó “¿Por qué agachas la mirada? ¿A caso tienes miedo? No me conoces. No puedes tenerme miedo”. Empezaba con fuerza sin ni siquiera haberme preguntado el nombre, sin conocerme, tan sólo conociendo mi mirada. Aunque seguramente, para ella, conocer la mirada de alguien es conocer su Alma. En aquel momento olvidé saludarla y las dos rompimos los índices de la educación. Después de haber comprendido mis silencios me pidió que, por favor, la llamara Altea y me olvidara de preguntarle su verdadero nombre.
Siempre me ha resultado una mujer misteriosa, tanto como atractiva. Es una gran combinación para los hombres (y para las mujeres).
Yo unía cada interpretación que hacíamos, la de mis compañeros, las mías y las de Altea. Unía cada frase que les marcaba en la vida, que les marcaba en la mirada. Unía cada segundo de interpretación e intentaba recomponer algo, no sé bien el qué, pero algo que me hacía entender un poco más la vida, un poco más los días y las noches. La verdad es que mis noches siempre habían sido frías. Frías porque, a mis veinticinco años, aún no me había sentado en un tejado a contemplar la luna. Recuerdo que Iván una vez escribió en un avión de papel una frase que todavía llevo grabada en mi piel cada día que me levanto. “Hoy soñaré que contemplamos el mundo desde la luna” decía en el avioncito. Esa frase era demasiado especial como para olvidarla. Como para olvidarme yo de ella, y de él.

(fragmento de la novela que estoy escribiendo)

No hay comentarios: